Entrades

S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: abril, 2025

¿Diferentes o similares? Costumbres y otras curiosidades

Imatge
 El Festival Nacional de la Cereza Para aquellos que no lo sepan, soy australiana e inglesa, nací en Omán, crecí en Francia y he vivido en Australia y en Inglaterra, y más reciente he pasado tiempo en Jordania y ahora en Barcelona.  La verdad es que, entre mis dos nacionalidades, no hay muchas tradiciones o costumbres significados, especialmente en comparación con la rica cultura española.  Y aunque los haya, no son particularmente interesantes ni originales. No voy a fingir que mis culturas son vibrantes en este aspecto, aunque es cierto que ambos países tienen muchísimo que ofrecer en cuanto a la naturaleza e historia.  Pero esta vez voy a abrazar mi herencia australiana.  Para darles algo de contexto, mi familia por parte de mi madre vive en un pequeño pueblo en la región de Nueva Gales del Sur (NSW), llamado Young, ubicado a unas dos horas del capital Canberra, o unas cuatro horas de Sídney. Cada ano, Young celebra con orgullo el Festival Nacional de la Cere...

Os recomiendo que leáis

  Os recomiendo que leáis   Mil soles espléndidos , una novela publicada en 2007 por el escritor afgano- estadounidense Khalid Hosseini. Ambientada en Afganistán la historia abarca desde los años 60 hasta los primeros años del 2000, ofreciendo un retrato íntimo y conmovedor de la vida en un país marcado por la guerra y la opresión. La novela sigue la historia de Mariam y Laila, dos mujeres cuyas vidas se entrelazan de manera trágica y profunda cuando son obligadas a casarse con el mismo hombre contra sus voluntades.   A pesar de las circunstancias durísimas, especialmente bajo el régimen talibán, entre ellas nace una amistad inquebrantable que las ayuda a resistir el sufrimiento y a encontrar fuerza en la solidaridad mutua. Mil soles espléndidos es mucho más que una narración de dolor; es una celebración de la resiliencia, la dignidad y la esperanza humana en los momentos más oscuros. Hosseini no solo nos cuenta una historia personal, sino que también nos ofrece una ...

Yo por el mundo

 La verdad es que siempre he detestado las preguntas que me obligan a elegir solo un día para hablar o escribir. Es como cuando vuelves de vacaciones y alguien te pregunta ‘¿Cuál fue tu día favorito?’. Nunca me ha gustado limitarme ni sentir la presión de elegir un día en particular, como si lo demás no importara. Supongo que es porque, en mi experiencia, los mejores días no siempre son los más extraordinarios. A menudo, son esos días rutinarios y normales, los que terminan dejando huella.  Los días que se planean como si fueran una operación militar, muchas veces no son los más memorables, aunque en teoría lo sean. Para mí, los días realmente especiales son esos en los que no puedes dejar de sonreír por las pequeñas cosas.  He estado viviendo en Barcelona unos tres meses y aunque he tenido algunas experiencias increíbles, pero si tuviera que elegir un día favorito, seria uno ocurrió hace apenas unos días: el Domingo de Pascua.   Mi día comenzó como la mayoría, ...

Lo cotidiano es extraordinario

 Recuerdos y sensaciones en Barcelona Corriendo en la lluvia por la playa  Barceloneta, solo, lejos de las multitudes que suelen vagar por la calle, sintiendo la suave y delicada caricia de las gotas de lluvia contra mi piel. El rompimiento lejano de las olas, un sonido familiar y reconfortante en un nuevo lugar. Observando a una mujer bailando en la lluvia, escuchando su risa contagiosa mientras sus amigos observan bajo la protección de sus paraguas. La tranquilidad del aire de la mañana, el sol cegador brillando en mi cara, el sabor amargo de mi café de la mañana, cerrar los ojos y escuchar los murmullos relajantes de los españoles a mi alrededor. En un pequeño pueblo en las afueras de Barcelona, bajo el cálido sol invernal. Rodeado del aroma embriagador de los calcots asándose lentamente en la brasa, un humo dulce y terroso.   El exterior ahumado y el interior cremoso y suave. Ojeando a los demás, observando como los comen.   Manos cubiertos en salsa.